¿… que nunca pueden olvidarse? Palabrerías, patrañas y nada más… sería hermoso que fuese verdad pero asumámoslo ¿Cuántos de nosotros podemos afirmar que no olvidamos “ese” amor? He amado como un niño que rompe su esternón y su cráneo para desnudar y entregar su mente y alma y, a la inversa, me han amado sin pedir siquiera condiciones de cordura… ¿y qué queda?... sólo la necesidad de volver a amar y ser amado y la experiencia para no cometer los mismos errores, cómo quien mira analíticamente una película que aflora emociones que pueden romper en llanto, sin que haya entonces diferencia entre ser el protagonista o un mero espectador.
¿Alguien me puede negar esto?... ¿si?... entonces hay dos opciones:
1- De ese amor nació un hijo, siendo ese hijo lo único importante que quedó
2- Usted no tiene madurez psíquica, por lo que es vulnerable o proclive a obsesionarse (suele ocurrir en la adolescencia)
Honestamente he llegado a concluir que amar es como ingerir alimento: el alimento es necesario para vivir, si se elabora con cuidado y buenos ingredientes produce enorme placer, nos da energía para seguir viviendo, nutriendo al cuerpo como el amor a las emociones o al alma, pero una vez que se digiere se “elimina” ¿y qué queda? Un poco más de tiempo de vida y tras ese tiempo volvemos a necesitar comer.
¿Reconocen lo alegre y positivo de lo que estoy diciendo? “amar es una necesidad vital que no debe dejar de practicarse”… si se deja de hacer se mueren los órganos que se nutren de amor.
Bueno, de esta analogía se pueden derivar muchas más muy entretenidas:
1- Si el amor es alimento, las demostraciones de amor equivalen a comer
2- La casa de remolienda es como un restaurante
3- No obstante el punto anterior, no hay como la buena comida casera, preparada por ese cocinero/a que conoce nuestros gustos y necesidades, siendo esto mutuo, una alimentación recíproca.
Conclusiones:
- Busquen un/a chef que sepa cocinar las comidas que les gustan
- Cuando cocinen, nunca olviden hacerlo con esmero y entusiasmo, condimentando y sazonando para que sea algo sabroso y el comensal vuelva a comer de la misma mano.
- No olviden que el alimento es transitorio, por lo que hay que dejar de comer.
- Si encuentran un buen chef, evalúen seriamente la posibilidad de contratarlo. Si por el contrario encuentran un comensal que deja buenas propinas y aprecia sus comidas, piensen en cocinar exclusivamente para ese consumidor. Si se juntan las dos cosas no sean estúpidos, valórense y cultiven ese mutualismo.
- La comida es “cómo”… “equivalente”… “similar” al amor, pero NO es amor, así que mejor me dejo de comer como cerdo, me pongo a dieta y me busco una mina (esa conclusión es la más importante para mi, después de todo, lo que escribo nace de experiencias personales)
lunes, 6 de agosto de 2007
Hay amores en la vida que nunca… bla bla bla bla
Publicado por
diego gaete
en
13:20
Etiquetas: reflexiones y ensayos
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1 comentario:
Al leer la comparación que haces no puedo evitar al menos inquietarme... si el amor es alimento, si uno es el alimento, sabiendo lo que pasa al final del sistema digestivo, espero que nunca nadie me ame, jajaja, quier seguir enterito.
Ya hablando un poco mas en serio, y sin poder evitar verme influido por la disciplina que estudio (sociología) creo que las instituciones sociales (o formas de hacer las cosas) enturbian un poco las cosas del amor. Y es que las formas de expresar amor están socialmente reguladas. Es así la relación de pareja, que a fin de cuentas es relación de exclusividad, un compromiso basado en al exclusividad. Y esa exclusividad cada sociedad define sus límites (solo cn tu opareja te acuestas, le besas en la boca, etc. en tanto que a las amigas, besitos en la cara no más al saludar)
Sospecho que el amor es algo que se cultiva. Así sería en todas sus manifestaciones: amistad, familia, pareja, etc. En el caso de las parejas, su cultivo se basa en el cumplimiento del compromiso de exclusividad el cual tiene al menos dos componentes:
1. El Límite, que viene a ser que en las cosas que distinguen socialmente la relación de pareja, no se hacen con nadie más (sexo, decir "mi amor", etc.).
2. Complicidad, que viene a ser el estar presente, e impica compensión, apoyo, cierta prioridad de sentimientos asociados a la construcción de la vida.
Estas son conclusiones que sao de observar parejas que les va bien, que les va mal, las sanciones sociales que hay, el imaginario social expresado en películas, teleseries y monos animados, el considerar que la relación de pareja y la familia como la conocemos parece ser algo relativamente nuevo históricamente, etc. Me ha faltado la experiencia personal, que en estos efectos es cercana a nulo, pero que calza con lo que propongo acá.
Me incomoda comparar la necesidad de amar con la necesidad de comer, porque tras la comida hay desecho. El que come luego caga. En el amor pienso que no hay desechos, y más que buscar evitar estar mal (o con hambre si se qiere) el amor se busca por la necesidad dada por el deseo de estar cada vez mejor y ser mejores.
Saludos, que estés bien.
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